El 17 de Junio de 1952 el ciudadano ingles John Nathael Smith fue declarado clínicamente muerto tras haber sucumbido a un colapso de sus funciones vitales, después de haber permanecido durante más de ocho meses sin dormir. El hecho fue certificado en el Glenside Hospital de Bristol, en cuya ala norte, dedicada a los pacientes con trastornos mentales inusuales, había permanecido hospitalizado los últimos dos meses.
El Director del centro psiquiátrico, el doctor Howard P. Clark, había recomendado su ingreso en el mismo a mediados de Mayo, después de haber estado tratando al paciente desde el mes de Octubre del año anterior y haber sido testigo del empeoramiento de su estado de salud.
En informes previos, redactados por el doctor Clark durante las primeras reuniones con el paciente, se detalla cómo a finales del mes de Octubre del año anterior había recibido la visita del señor Smith en su consulta privada preso de una grave crisis de ansiedad. En esos mismos informes se anotan las primeras conversaciones entre doctor y paciente acerca del origen de dicha crisis, así como de los primeros indicios detectados y el tratamiento aconsejado.
Durante las 17 páginas que forman el informe, el doctor Clark relata con profusión de detalles, lo que el paciente le narró en sucesivas visitas acerca de aquello que originaba sus crisis. Algo a lo que sentía pavor y contra lo que se veía incapaz de luchar, y que a juicio del doctor Clark era una contradicción en si mismo. Ya que lo que el señor Smith afirmaba temer era a dormir, algo que, también reconocía, solo lograba mediante el consumo de ciertas drogas.
A lo largo de los meses que transcurrieron entre esa primera visita y el ingreso en la clínica psiquiátrica, el doctor Clark concluyó que los temores que el paciente sentía a la posibilidad de caer preso del sueño, se sustentaban en la creencia de que durante el mismo su cuerpo y su alma estaban expuestos a la voluntad de un entidad superior. Un ente de carácter no divino pero con un poder infinito que podía mantenerlo atrapado y someterlo a su voluntad. Que actuaba de forma burlona, ya que parecía ayudarlo en algunos momentos y en otros lo sometía a injustos castigos. Y cuyo objetivo final no era otro que mantenerlo atrapado eternamente.
El doctor Clark situó el origen de los temores del paciente en algún suceso traumático vivido durante su infancia dentro del entorno familiar. Y definió a la entidad amenazadora de la que hablaba el paciente como una proyección del binomio padre/madre. Y dado que en la narración ofrecida por el paciente, describía deliberadamente a una entidad asexuada, el doctor llegó a la conclusión de que el trauma estaba, por oposición, relacionado directamente con la figura materna.
Por el contrario, lo que le resultaba más difícil de explicar desde un punto de vista médico y suponía un autentico reto para él, era la incapacidad manifiesta del paciente para conciliar el sueño. Hecho que había ido agravando la salud del mismo y había reducido su capacidad cognitiva y funcional. Por ello el doctor Clark decidió que debía disponer del paciente para realizar un seguimiento completo de su evolución y le aconsejó ingresar en su clínica donde le practicarían una serie de pruebas y podrían diagnosticar con exactitud su dolencia.
John Nathael Smith accedió e ingresó en el Glenside Hospital el día 15 de Mayo de 1952. Durante un mes y medio el doctor Clark lo sometió a numerosas pruebas médicas, análisis y observaciones. Contrastando los resultados con otros realizados en pacientes con diferentes trastornos del sueño, pero ninguna de las pruebas dio un resultado positivo. Finalmente el doctor Clark adoptó la decisión de inducir al paciente a dormir de forma que pudiera analizar la respuesta de su organismo mediante un encefalograma. Ello se conseguiría mediante la inyección de una dosis de varios potentes sedantes y se monitorizaría en todo momento por un equipo médico compuesto de varios especialistas asistidos por un grupo de enfermeras.
Por supuesto, John Nathael Smith se negó en rotundo a ello.
El doctor Clark utilizó todos sus recursos y argumentos para convencer al paciente de que era la única forma de diagnosticar su enfermedad, pero este no aceptó. La sola idea de volver a dormir y soñar le aterraba. Finalmente el doctor Clark, como director médico del centro psiquiátrico, argumentando que las facultades mentales del paciente habían sido mermadas y en la actualidad no disponía del pleno uso de las mismas, y exponiendo que la evolución del agravamiento de la enfermedad llevaría al paciente a la muerte, decidió someter al señor Smith a la prueba.
Tiempo después de aquello algunos médicos residentes del hospital llegaron a sugerir que el caso de John Nathael Smith se había convertido en una obsesión para el doctor Clark y había antepuesto sus objetivos profesionales a la salud del paciente, pero en aquel momento pareció lo más adecuado.
La intervención fue programada para la tarde del 16 de Julio a las 18:00 horas. En el equipo que habría de inducir el sueño al paciente estaban el doctor Herbert J. Johnston, encargado de controlar el encefalograma, el anestesiólogo Ronald G. Hutchinson, el doctor James T. Dorsey en calidad de observador y el propio doctor Howard P. Clark, que sería el encargado de administrar al paciente la dosis. Dos enfermeras se ocupaban de asistir a los médicos durante la prueba.
La inyección que habría de inducir al paciente a dormir fue administrada a las 18:17. Cinco minutos más tarde la gráfica del encefalograma del señor Smith mostraba las inequívocas curvas de un cerebro en reposo durante la fase de sueño ligero.
Durante las siguientes dos horas el equipo del doctor Howard P. Clark realizó diferentes pruebas y comprobaciones, verificando que la respuesta del paciente a todas ellas era absolutamente normal. Tras ello, y sin poder disimular su desconcierto, finalizaron las comprobaciones dando por concluida la prueba. Las instrucciones finales del doctor Clark fueron que el paciente debía dormir hasta el día siguiente y una enfermera comprobaría su estado cada dos horas.
En el informe final presentado al forense no se especificó el resultado de esas comprobaciones así como tampoco se detalló el estado en el que encontraron el cuerpo del difunto John Nathael Smith a la mañana siguiente. Un estado que tanta perturbación causó en el equipo médico y en especial en el doctor Clark. O al menos no se indicó que las numerosas cicatrices, producto de laceraciones, desgarros y amputaciones, que presentaba el cadáver y que aparentaban haber sido producidas muchos años atrás, no se encontraban presentes en el cuerpo del señor Smith el día anterior y debían haber aparecido forzosamente durante la noche.
Un pacto de silencio sobre esta cuestión se hizo patente entre los que habían estado presentes durante la prueba. Aunque años más tarde el doctor Dorsey llegaría a afirmar que aquellos desgarros y laceraciones eran muy similares a los que se aprecian en las víctimas de ataques de lobos o perros salvajes.
John Nathael Smith es, posiblemente, el primer Insomne del que se tiene información documentada. Después de él ha habido muchos más, pero gracias a su tragedia se obtuvo la certeza sobre la amenaza que se cierne sobre los Insomnes y todos los soñadores en general. El peligro a sucumbir durante el sueño es real, tanto como la figura del ser que el recuerdo de aquellas cicatrices trae a la mente.
… coninuará.